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la fe, esa aspiración a lo infinito, esa noble confianza en sí mismo sostenida por la creencia entodas las virtudes; la fe, que en las naturalezas débiles puede degenerar en orgullo, era representada por el Sol; la esperanza, enemiga de la avaricia, por la Luna: la caridad, opuesta a la lujuria por Venus, la brillante estrella de los crepúsculos; la fuerza, superior a la cólera, por Marte; la prudencia, opuesta a la pereza, por Mercurio; la templanza, opuesta a la glotonería, por Saturno, aquien se le da a comer una piedra en lugar de sus hijos, y la justicia, por último, opuesta a laenvidia, por Júpiter, vencedor de los titanes. Tales son los símbolos que la astrología toma del cultohelénico. En la cábala de los hebreos, el Sol representa al ángel de luz; la Luna a! ángel de lasaspiraciones y de los sueños; Marte, al ángel exterminador; Venus, al ángel de los amores;Mercurio, al ángel civilizador, Júpiter, al ángel del poder; Saturno, al ángel de la soledad.Se les llama así: Miguel, Gabriel, Samahel, Anael, Raphael, Zachariel y Orifiel.
Estas potencias dominadoras de las almas, se repartían la vida humana por periodos, que losastrólogos median por las revoluciones de los planetas correspondientes.Pero, no hay que confundir la astrología cabalística con la astrología judiciaria. Ya explicaremosesta distinción. La infancia esta dedicada al Sol, la adolescencia a la Luna, la juventud a Marte y aVenus, la virilidad a Mercurio, la edad madura a Jupiter y la vejez a Saturno. Ahora bien, toda lahumanidad, vive bajo leyes de análogo desenvolvimiento a las de la vida individual. Es sobre esta base como Trithemo establece su clavícula profética de los siete espíritus, de los que ya hablaremos,y por medio de la cual se puede, siguiendo las proporciones analógicas de los desenvolvimientossucesivos, predecir con certidumbre los grandes acontecimientos futuros y fijar anticipadamente de período en período, los destinos de los pueblos y del mundo.
San Juan, depositario de la doctrina secreta de Cristo, ha consignado esta doctrina en el librocabalístico del Apocalipsis, que él representa cerrado con los siete sellos. En ella se encuentran lossiete genios de las mitologías antiguas, con las copas y las espadas del Tarot. El dogma, oculto bajoestos emblemas, es pura cábala, ya perdida para los fariseos en la época de la venida del Salvador los cuadros que se suceden en esta maravillosa epopeya profética, son otros tantos pentáculos, cuyoternario, cuaternario, septenario y duodenario son las llaves. Las figuras jeroglíficas son análogas alas del libro de Hermes, o del Génesis de Enoc, para servimos del título aventurado, que sólomanifiesta la opinión personal del sabio Guillermo Postel.
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Los sellos
6:1 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.
6:2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.
6:3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira.
6:4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada.
6:5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano.
6:6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.
6:7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira.
6:8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
6:9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.
6:10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?
6:11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.
6:12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;
6:13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
6:14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
6:15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;
6:16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
6:17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?
hamlet :una blanca y otra negra
Creen degollarlo en la cuna de Belén, y esta vivo en Egipto!. Lo arrastran sobre la montaña para precipitarlo; la multitud de sus asesinos lo rodea y ya triunfa sobre su perdida definitiva: un grito sehace oír, no es el que acaba de quebrarse en las rocas del precipicio? Empalidecen y se miran, elcalmo y sonriente pasa en medio de ellos y se va.Es en otra montaña que acaban de teñir con su sangre; en una cruz y un sepulcro, y los soldadoscuidan su tumba. Insensatos! La tumba esta vacía, y aquel que juzgaban muerto, caminatranquilamente entre los viajeros en el camino de Emmaus
Auguste Mariette llegó a Egipto el 2 de octubre de 1.850 y su fulgurante carrera egiptológica, junto a las recomendaciones proporcionadas por el constructor del Canal de Suez, Ferdinand Lesseps, llevó al gobierno egipcio, en 1.868, a nombrarle Director General de Excavaciones en Egipto. Con tal cargo llegó a dirigir a 2.700 operarios en 40 excavaciones simultáneas, fundó el Museo de El Cairo y en 1.879 fue condecorado con el título de bajá. Pero sus comienzos fueron más humildes. Su misión inicial fue la de comprar papiros antiguos a las jerarquías eclesiásticas coptas con los 6.000 francos que le fueron entregados por la Academia de Ciencias de París. Aburrido por la burocracia el inquieto francés intentó paliar la espera con visitas a la meseta de Giza y Saquara, donde descubrió varias esfinges y una pizarra con el nombre de25_9.jpg (12639 bytes) Apis. Este hallazgo le hizo evocar un escrito de Estrabón: “…En Menphis se eleva un templo con una sala donde se halla el buey sagrado Apis, que se identifica con el dios Osiris. Cerca de allí, en un lugar muy arenoso y cubierto de dunas formadas por el viento, se encuentra un templo consagrado a Serapis, cuyas esfinges, medio sepultadas por la arena, nos ha sido posible ver…”. Mariette relacionó las esfinges que veía con las mencionadas por Estrabón y decidió destinar el dinero de los papiros a la contratación de 30 trabajadores para despejar la zona en busca de los templos de Apis y de Serapis.
La apuesta le salió perfecta ya que en pocos días había desenterrado 134 esfinges y había conseguido encontrar las ruinas de un templete donde unas inscripciones señalaban que el faraón Nectarebo II (360-342 a.C.) había dedicado el templo a Apis. También encontró estatuillas diversas y una estatua de cal con la efigie de un buey Apis. Estrabón parecía no mentir y con tal razonamiento comunicó sus hallazgos a París. Sus superiores quedaron convencidos del éxito en la empresa y le enviaron otros 30.000 francos para continuar las excavaciones así como para la obtención del correspondiente permiso. Con los problemas económicos y burocráticos resueltos la operación Serapis se puso de nuevo en marcha, esta vez con argumentos tan contundentes como el empleo de la dinamita. Gran cantidad de arena y de escombros voló por los aires y a cada explosión el desierto mostraba una herida. Por una de ellas consiguió penetrar, al fin, a una cripta subterránea. Era la mañana del 11 de noviembre de 1.851 y ante sus ojos se mostraba un maravilloso y gigantesco sarcófago.
Mariette descubrió así el primero de los sarcófagos de los bueyes Apis del Serapeum. O así lo creyó, porque la verdad es que su interior estaba vacío. Las siguientes excavaciones descubrieron otras diez bóvedas cuyos sarcófagos también se encontraban vacíos. Todas las tapas estaban descorridas unos centímetros, los suficientes para introducir la cabeza, los necesarios para comprobar que sólo contenían polvo. Pero la suerte le sonrió cuando llegaron a otra cripta donde había un féretro con la tapa sin mover, no violado por los ladrones de tumbas. Los esfuerzos para retirarla fueron inútiles pues estaba pegada con pez y los siglos habían conseguido que se uniera de tal forma al tanque que sólo existía una manera para abrirlo. Las cargas de dinamita se situaron y una esquina estalló en mil pedazos. Inexplicablemente tampoco contenía buey alguno.
Posteriormente Mariette localizó otra galería. Doce grandes nichos se abrían a derecha y a izquierda conteniendo nuevos y vacíos sarcófagos. Hoy ambas galerías están unidas y juntas llegan a medir casi los 200 metros. A ambos lados se abren un total de 23 criptas que contienen 21 tanques de granito, ya que dos están vacías. En un corredor paralelo se encuentra todavía uno de los sarcófagos que nunca llegó a su destino, 22 sarcófagos para guardar… polvo. ¿Para qué derrochar tanto esfuerzo?
Cuando Egipto se anexionó al Imperio romano los cultos dejaron de practicarse y los templos quedaron desprotegidos, sufriendo todo tipo de saqueos. Sarcófagos de madera y momias fueron utilizados como combustible. Las estatuas y otros objetos de culto no tuvieronmejor suerte cuando en el siglo II llegaron los monjes cristianos, quienes destruyeron gran cantidad de momias depositadas en galerías subterráneas. Pese a todo algunas consiguieron salvarse, pero sólo para servir de medicamento durante la Edad Media, siendo muy utilizadas para combatir la parálisis, enfermedades cardíacas, problemas de estómago, fracturas óseas o para curar la impotencia y aumentar la virilidad. El polvo de momia fue comercializado durante dos siglos en una industria que alimentó muchos hogares. Tras estos expolios surgió la fiebre del coleccionismo y muchas familias adoptaron entre sus miembros a un antiguo egipcio milenario que, aunque no daba mucha conversación, quedaba estupendo colocado en el salón de la casa con sarcófago y todo.
No resulta extraño suponer que los ladrones de tumbas saquearan la mayor parte del patrimonio cultural de los faraones. Pero recurrir a ellos siempre que no se encuentra lo que se busca resulta lamentable. En el Serapeum de Menphis no existe la menor duda de que antes de Mariette alguien quiso ver lo que contenían los tremendos tanques de granito. Pero por la ligera abertura que presentan no cabe, en ocasiones, ni siquiera un hombre. En caso de que los bueyes hubiesen sido sacados por allí debieron cortar la momia en muchos pedazos. Y en su interior no se ha encontrado ningún rastro de fibras textiles, ni de partículas óseas, ni de rastro vegetal o mineral, ni un minúsculo trozo de metal, ni un solo pelo que delate que allí hubo alguna vez algo. Nada.
En ninguna de las galerías hay una sola inscripción. Y en ninguno de los sarcófagos existe referencia alguna que indique su antigüedad, a excepción de uno de ellos, en el que con trazo apresurado se escribieron jeroglíficos en la época de los ptolomeos. Junto al Serapeum se encuentra un recinto que muy posiblemente se corresponda al mencionado por Estrabón. Las inscripciones de tiempos de Ramsés II indican que es mucho más antiguo de la época ptolemaica en la que se data el conjunto. Y además, Kha-m-was, no sólo era el encargado de sus cuidados, sino que también era el jefe de mantenimiento de la pirámide de Unas (VI dinastía). Sabemos también que una cuadrilla de operarios de Ramsés II a las órdenes de los sacerdotes del templo de Maat, en Tebas, se encargaron de las obras de restauración de las pirámides de Keops y Kefrén en Giza. Es decir, que eran cuidadores de monumentos mucho más antiguos. ¿Tan antiguos como el Serapeum?.
La superposición de edificaciones es algo común en Egipto ya que encontramos juntas construcciones que no cabe duda que fueron egipcias y otras que no se sabe su procedencia. Para el Serapeum se trajeron moles inmensas de granito desde Aswán, a 1.000 Km de distancia; en el templo anexo sólo se encuentran pequeños sillares de caliza, imperfectos y amontonados. El templo situado en la rampa de acceso al Serapeum no guarda relación tecnológica con las galerías y sarcófagos del mismo. Es el mismo caso del Osirión en Abydos, del templo de Isis en la Esfinge, del Obelisco Inacabado o de las mismas pirámides de Giza, que aparecen como islas anacrónicas dentro del mar cultural faraónico. Ningún jeroglífico ni relieve justifica su presencia. Ningún documento histórico indica su cronología, sus constructores o su finalidad. Y son considerados como templos o tumbas, negando con ello una posible funcionalidad tecnológica.
Tumbas, tumbas y tumbas………..¿así de sencillo es todo?Tumbas y siempre tumbas. El problema es que las pirámides de Giza o el Serapeum no parecen tumbas. No existe civilización como la egipcia que haya despojado a la muerte del miedo que provoca. Las tumbas, lejos de lo macabro o transitorio, son hasta confortables. La decoración es bella y las escenas que se representan son alegres. No existe un centímetro de pared o de techo que no esté decorado o esculpido. Pero en el Serapeum no existe nada de eso.
Cuando Auguste Mariette abrió con dinamita uno de los grandes tanques de granito del Serapeum presenció algo increíble. Según cuenta, tras la explosión la cripta se llenó de polvo pero, inmediatamente, todas esas partículas se introdujeron por arte de magia en el interior del sarcófagoUno de los “sarcófagos” abiertos mediante dinamita. por la abertura que produjo el estallido. ¿Qué tecnología es capaz de cerrar al vacío un tanque de granito de ocho metros cúbicos de volumen interior? ¿Por qué estaba cerrado al vacío, incluso con la tapa pegada con pez, si dentro no se había colocado nada?. Un examen del corte y del pulimento interior de los tanques indica que fueron pulidos con una precisión óptica, de tal forma que sus superficies parecen espejos y en su reflejo no aparece la más mínima imperfección. En sus esquinas se muestran las marcas de una máquina impensable que cortó en ángulos rectos perfectos todas las aristas. La tapa encaja en íntimo contacto, con una precisión difícil de conseguir por nuestra tecnología. Y guardan, aún, sorpresas más comprometedoras.
En las superficies exteriores, tanto en la tapa como en el tanque, se aprecian unas sospechosas incisiones circulares. Su estudio dictamina que fueron realizadas por máquinas, unas perforadoras que dejaron en la piedra unas cavidades que van desde los 10 ctms a los 60 ctms, con una limpieza y perfección que asusta. Estas marcas están colocadas sin orden y surgen sólo en ciertas partes de algunos sarcófagos. Su función no es decorativa, ya que ningún elemento de ese tipo aparece ni en las galerías, ni en las criptas, ni en los tanques. Si estas moles de piedra tuvieron alguna vez una funcionalidad técnica, apartada del carácter religioso que parecen representar, esos orificios debieron servir para un propósito determinado.
En motores como los que mueven nuestros vehículos, los mecánicos practican a veces una técnica consistente en el equilibrado de las piezas. Para evitar vibraciones tanto las bielas, como los pistones u otros elementos deben pesar lo mismo. Para ello toman como referencia la pieza que pese menos y a las restantes les hacen unas perforaciones para rebajarles el peso que les sobra. Tanto en el bloque del motor como en el cigüeñal también se realizan perforaciones para evitar que su movimiento o su giro se produzca el efecto peonza. Con los taladros se consigue equilibrar en peso todos los elementos del motor. Es la técnica contraria al equilibrado de las ruedas, a las que se añade una pieza de plomo en la parte de menos peso, mientras que en el motor se quita un trozo de la parte más pesada. Esta técnica para nosotros es habitual, pero ¿y en el Antiguo Egipto?
El que las perforaciones en los sarcófagos del Serapeum tuvieran como fin el equilibrado produce escalofríos, porque habría que imaginarse a estas moles moviéndose. Sin embargo, curiosamente, muchas de ellas están encajadas en el suelo. Con 60 toneladas de peso resulta difícil que se desplazasen y, sin embargo, las han clavado, como en el caso del sarcófago de la pirámide atribuida a Kefrén. Y más impensable es evaluar la energía y la mecánica necesarias para dotar a estos gigantes de la fuerza necesaria para su vibración, así como imaginar el posible propósito de tal hazaña. Pero en Egipto también hay pistas sobre ello. Si la energía piramidal es un hecho, cosa que no tiene la menor duda, no existe una fuente de producción de energía que no lleve asociado un elemento capaz de almacenarla y distribuirla posteriormente. El Serapeum está dispuesto en dos baterías de 12 sarcófagos en serie o pilas enfrentadas, siendo los tanques de un granito con alta proporción de cuarzo, capaz de canalizar energías de forma adecuada.
Pero eso es otra ciencia no comprendida por la nuestra, que no entiende ni podrá explicar nunca cómo ser realizaron las proezas arquitectónicas de las que Egipto está plagado. Una energía de extraña índole producida por elementos geométricos, capaz de transmitirse sin cables, que puede ser receptora en espacios no conductores y que puede alterar tanto la materia como otros planos más sutiles. Eso, quizás, sea mucho suponer, aunque explicaría el oscuro propósito de Manetón. Si el Ka se manifiesta como fuerza y potencia, si lo que se ha pretendido siempre en los grandes iniciados ha sido el transmutar, el cambio de naturaleza para ser como Osiris, en el Serapeum tenían la tecnología capaz de tales increíbles logros. Y también se entendería ese cambio de naturaleza de Kha-m-was, el sacerdote de Ptah hijo de Ramsés, que hizo enterrar su doble de betún y astillas de hueso en las criptas del templo. Por lo menos lo intentó y quizás también parte del polvo que hoy recubre el Serapeum contenga algún resto de Manetón, en caso de que consiguiera sus propósitos.
Lorenzo en la entrada al Serapeum.En aquella mañana de octubre ocho investigadores explorábamos las lóbregas galerías en un silencio sólo alterado por alguna exclamación malsonante que allí, en el Serapeum, estaba plenamente justificada. El arqueólogo que nos acompañaba nos explicó lo de los bueyes, lo de las tumbas y lo de los ptolomeos y nosotros nos mirábamos pensando en tanto enigma sin respuesta. Lorenzo Fernández, me sonreía. Posiblemente estamos muy lejos de la verdad, pero por lo menos sabemos lo que no es cierto. Algún día los científicos quizás descubran esa otra energía reservada solo a algunos iniciados como Manetón. Recordamos las palabras de Lucio Apuleyo, quien visitó Egipto en el siglo II a.C. y fue capaz de escribir lo que todos estábamos pensando: “¡Oh, Egipto, Egipto! De tu sabiduría sólo quedarán fábulas, que a las generaciones venideras parecerán increíbles
El cristianismo no debía odiar a la magia; pero la ignorancia humana siempre tiene miedo de lodesconocido. La ciencia se vio obligada a ocultarse para librarse de las apasionadas agresiones deun amor ciego; se envolvió en nuevos jeroglíficos, disimuló sus esfuerzos y disfrazó sus esperanzas. Entonces fue creada la jerga de la alquimia, continua decepción para el vulgo, ansioso de oro, perolengua viva para los verdaderos discípulos de Hermes.
Y ¡cosa singular! existen en los sagrados libros de los cristianos, obras que la Iglesia infalible notiene la pretensión de comprender, ni ha tratado nunca de explicar; la profecía de Ezequiel y elApocalipsis; dos clavículas cabalistas
reservadas sin duda en el cielo para que los comenten losreyes magos; libros terrados y sellados con siete sellos para los fieles creyentes y perfectamenteclaros para el infiel iniciado en las ocultas ciencias